Un canto a la vida

“Están en el taller de costura, veamos quien quiere conversar”, dice Sara y nos invita a pasar. Todas adolescentes, entre tímidas y curiosas nos miran, algunas conversan. “Queremos conocerlas, escuchar sus historias”, les explicamos. De a poquito se acercan, primero nos invitan a alzar sus hijos, después todas quieren ser entrevistadas. Unas con panza, otras con bebitos en brazos. Las une un denominador común: ellas se animaron a decirle que sí a la vida, a pesar de las múltiples dificultades que enfrentan. Esta vez, no quisimos hacer una nota “contra el aborto”, pensamos era mucho mejor conocer a mujeres que hicieron carne esa decisión. Ellas son las chicas del Hogar de María Madre Teresa de Calcuta, un verdadero canto a la vida.

“No tenía motivos para vivir”

Natalí tiene 19 años y es mamá de una pequeñita de un mes. Sus ojos trasmiten la madurez de una persona que a pesar de su corta edad, ha pasado por mucho. Hoy vuelve a vivir la esperanza con la llegada de su bebé:
“Quedé embarazada porque no me cuidé, estaba de novia y pensé íbamos a estar juntos. De todas formas me puse muy feliz cuando quedé embarazada porque he sido siempre una chica de muy baja autoestima y en el momento en el que quedé embarazada estaba mal, no tenía motivos por qué vivir. Cuando supe de mi bebé comencé a tener ganas de vivir y a sentirme útil por tener algo tan preciado como la vida dentro mío.
Mi novio me dijo que no podíamos tenerla, no quería saber nada, quería que abortara. Esa posibilidad a mí ni se me cruzaba por la cabeza y peleamos mucho, incluso averiguó de unas inyecciones para que lo perdiera.
Desde los tres meses de embarazoestuve viviendo en un instituto de menores porque mis padres sustitutos renunciaron a la guarda cuando se enteraron. Pero una psicóloga pidió mi traslado porque yo estaba en estado depresivo. El lugar era horrible, como una cárcel, me pegaron, en la pieza entraba mucho frío, la comida y limpieza un desastre. Llegué aquí con siete meses y fue cambiar de vida, mucha contención, cariño e interés por saber cómo estás.
El parto fue re lindo, cuando tuve a Gabi en mis brazos fue como si me pasaran una película de todo lo que había vivido por ella y me sentía tan orgullosa de tenerla que lloraba de emoción. Sueño para ella una vida distinta, llena de amor, que sea una niña feliz y estemos juntas”.

“Quería tenerlo como sea”

Gabriela tiene 20 años, ella es de Chaco y vino a vivir a Córdoba el año pasado. Es la más grande de cinco hermanos y trabaja desde los
10 años. Quedó embarazada en marzo y hoy, con su panza de siete meses, es un vivo testimonio de la alegría que inunda a las que le dicen sí a la vida a pesar de todo:
“Me decían “estas panzona” y yo les respondía que sólo estaba gorda. Mi patrona me insistió para que fuera al médico. Cuando fui me dijo, “mamita vos estás re embarazada” y me puso re mal, le dije “yo no quiero”. Al tiempo empecé a sentir un cosquilleo en mi panza y me daba impresión, yo me quería sacar el bebé. Y yo lo escondí mucho tiempo. Tuve un momento muy depresivo, que no podía dormir, odiaba a todo el mundo, me odiaba a mí. Sólo mis patrones, que me apoyaron siempre, sabían.
Cuando fui a hacerme la ecografía y lo vi me largué a llorar de felicidad. Y ahí me di cuenta de que ese era mi hijo y que quería tenerlo como sea.  Algunas personas de Chaco me decían lo diera en adopción, pero yo no lo pienso abandonar. Tengo mucho valor de salir adelante, no quiero  darlo a nadie, ni matar a mi propio hijo que es la única persona que va a estar conmigo siempre. Hoy estoy feliz y no veo las horas de tenerlo en  mis manos. Sueño para “Quirilo” tantas cosas lindas, pero de a poquito porque he aprendido que las cosas se logran de esa forma.
Me parece que me apresuré, pero ya está. Ahora importa mi bebé y nada más. Yo no quiero que mi hijo crezca en un ambiente como crecí yo,  quiero algo distinto para él. Acá estoy aprendiendo un montón de cosas, además, tener un hijo te cambia mucho, estoy pensando de otra  manera. Es la cosa más hermosa del mundo”.

“Decidí seguir adelante”

“Mi nombre es Clarita, tengo 18 años y mi hija, Cristal, 3 meses. Al principio no quería tenerla, quería abortar. No tenía plata para pagar el  alquiler, menos para comprarle su ropita. Y después de pensarlo mucho me dije “bueno yo la voy a tener aunque me cueste, aunque esté sola”, decidí seguir adelante. Su papá no quiso saber nada, pero me hice cargo.

Ahora creo que valió la pena, estoy feliz, un hijo te cambia la vida y cuando la veo me da una gran felicidad. Aquí siempre me apoyaron, me  dijeron que no perdiera la esperanza y estoy muy agradecida. Yo sueño darle lo mejor porque tuve una vida difícil, mucho sufrimiento, dolor y no quiero mi hija pase lo mismo que yo. Aunque esté sola y no tenga mucha ayuda de mi familia no voy a dejar de luchar, porque una mamá hace cualquier cosa por un hijo”.

[fusion_button link=”http://www.hogarmaria.com.ar/wp-content/uploads/PDF/Pag4-Un-canto-a-la-vida.pdf” text_transform=”” title=”” target=”_blank” link_attributes=”” alignment=”” modal=”” hide_on_mobile=”small-visibility,medium-visibility,large-visibility” class=”” id=”” color=”default” button_gradient_top_color=”” button_gradient_bottom_color=”” button_gradient_top_color_hover=”” button_gradient_bottom_color_hover=”” accent_color=”” accent_hover_color=”” type=”” bevel_color=”” border_width=”” size=”” stretch=”default” shape=”” icon=”” icon_position=”left” icon_divider=”no” animation_type=”” animation_direction=”left” animation_speed=”0.3″ animation_offset=””]Descargar Publicación[/fusion_button]